Las investigaciones científicas de los últimos 10 años han demostrado que renaturalizar las ciudades produce efectos positivos en todo orden de cosas. Lo verde fomenta una mayor biodiversidad; mejora las condiciones ambientales reduciendo la contaminación del aire, el calor, las inundaciones; y promueve una mejor salud y calidad de vida de las personas. En definitiva, hace que las ciudades sean más sostenibles.
Pese a ello, las ciudades actuales se caracterizan por crecer de forma insostenible, y por contar con una baja cantidad de árboles y de áreas verdes por habitante. ¿Por qué?
Este problema es debido en gran parte a una falta de planificación urbana, y más específicamente a una ausencia de instrumentos orientadores y normativos que permitan transformar las ciudades hacia sistemas urbanos más verdes y sostenibles.
¿Cómo implementar con éxito un Plan de Infraestructura Verde que permita incrementar el verde urbano en nuestra ciudad?