El color de las cosas en las ciudades es hoy en día una cuestión más bien subjetiva para la mayoría de las personas. Sin embargo, cada color se comporta diferente respecto a la radiación solar, y eso puede ser un problema o solución en el contexto climático en el cual nos adentramos.
Hace un año atrás, un equipo de ingenieros de la Universidad de Purdue, Estados Unidos, desarrolló la pintura más blanca del mundo, con una capacidad de reflejar el 98,1% de la luz solar, muy por sobre las pinturas de enfriamiento radiativo existentes.
El poder del blanco
Dentro de toda la gama de colores en el mercado de las pinturas, el blanco es el color con el índice de reflectancia solar (SRI, por sus siglas en inglés) más alto. Esto significa que el blanco tiene una mayor capacidad de “devolver” hacia el espacio profundo la radiación proveniente del sol, y por ende evitar la acumulación del calor dentro de la atmósfera terrestre.
En el contexto de las ciudades, la presencia del blanco en los pavimentos y edificaciones ayuda a reducir la carga térmica que se acumula en los hormigones y asfaltos, evitando que los materiales retengan la energía calórica y que se produzca el efecto Isla de Calor Urbana.
A nivel planetario, los cascos polares cumplen esa función. Sin embargo, debido al gran problema creado por la civilización humana actual llamado “Cambio Climático“, el hielo se está derritiendo a un ritmo acelerado. Esto significa que en las próximas décadas ya no contaremos con estos grandes reflectores solares y, por tanto, el planeta se seguirá recalentando a mayor velocidad.
Por ello, a futuro las ciudades serán las zonas más calientes del planeta, con todos los peligros que ello conlleva para la vida humana.
La pintura blanca como solución en las ciudades
Hoy, en cualquier ciudad del mundo la temperatura ambiente es mayor a la de su entorno natural, debido a la carga térmica que acumulan ciertos materiales que predominan en el entorno urbano. De acuerdo a lo señalado por el Departamento de Energía de Estados Unidos, un 6% del consumo de la energía en los hogares está destinada a refrigeración, destinada principalmente a encender aparatos electrónicos de aire acondicionado que, por si no lo sabías, sólo enfrían el espacio interior de un edificio, pero el calor queda dentro de la ciudad.
Una de las formas de evitar el recalentamiento de las áreas urbanas está en la vegetación, pero también en el color de las cosas, y el blanco es un gran aliado para devolver la radiación solar al espacio.
La pintura más blanca del mundo
Por ese motivo, un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue desarrolló en el año 2021 la pintura más blanca del mundo, que tiene un gran potencial para ser implementado en las ciudades, especialmente para reducir el calor interior de los edificios.
El equipo realizó pruebas en superficies exteriores y descubrió que la pintura podría reducir drásticamente la temperatura en relación con su entorno, ofreciendo efectos refrescantes comparables a instalar aparatos de aire acondicionado. Y de paso, ayudar a reducir el alto consumo de energía que se destina a hacer funcionar estos equipos.
La pintura ultrablanca contiene sulfato de bario, un componente químico que también se encuentra en el papel fotográfico y los cosméticos, lo que le otorga una mayor capacidad de de reflejar una gamas más amplia de luz solar. De este modo, se logró una reflectividad del 98,1%, muy por sobre el 80-90% de las pinturas blancas convencionales.
Debido a que la pintura absorbe menos calor del sol del que emite, una superficie recubierta con esta pintura se enfría por debajo de la temperatura ambiente sin consumir energía. A diferencia de la típica pintura blanca comercial que se calienta en lugar de enfriarse, ésta es ideal, por ejemplo, para aplicarla en el techo de los edificios, y lograr reducir significativamente el calor de los espacios interiores.
Sin embargo, para otros usos más específicos, esta pintura no era posible de aplicar, al menos hasta hoy.
El blanco más blanco, y ahora más delgado
Lograr una reflectancia solar del 98,1%, fue posible sólo mediante una capa de pintura de alrededor de 400 micrones de espesor. Sin embargo, esto impedía que fuera utilizado, por ejemplo, en automóviles, trenes o aviones, que usan espesores de pintura más finos, entre 100 y 180 micras.
Por ese motivo, los investigadores se propusieron un nuevo reto y lo lograron. El estudio fue publicado el pasado mes de octubre en la revista científica Cell Report Physical Science, en donde se asegura haber logrado una reflectancia similar pero con una capa más delgada y liviana.
La nueva fórmula contiene nanoplaquetas hexagonales de nitruro de boro. De este modo se llegó a una reflectancia solar del 97,9% sólo a través de una capa de 150 micrones de espesor. Es decir, esta nueva pintura es un 80% menos pesada, más delgada y con una densidad más baja.
Esta nueva pintura es ahora posible aplicarla en el ámbito del transporte. Y con ello, evitar el gasto energético que demanda el uso del aire acondicionado en estos medios de transporte masivo.