En los últimos años, los árboles no dejan de sorprender a los investigadores con la nueva evidencia sobre los múltiples beneficios (servicios ecosistémicos) que éstos aportan a nuestra biósfera planetaria.
Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Boston y publicado en la revista Nature, ha demostrado que los árboles ubicados en los bordes de los bosques y cercano o en contacto a las ciudades, se desarrollan mucho más rápido que aquellos ubicados en el centro, debido a la mayor captura de carbono.
Investigando los bosques de Estados Unidos
De acuerdo a investigaciones anteriores, comúnmente se ha creído que los árboles de los bosques crecen todos casi a la misma velocidad, respirando la misma cantidad de carbono y exhalando la misma cantidad de oxígeno, pese a que las condiciones del entorno de un bosque interior puedan ser muy distintas a las de sus zonas exteriores, en cuanto a disponibilidad de luz, temperatura, viento, deposición de nitrógeno reactivo, disponibilidad de agua, entro otros factores.
Estas diferencias del entorno hacen suponer que las tasas de crecimiento y el ciclo del carbono de los árboles localizados en los bordes de los bosques podría ser igualmente distinta. Y en efecto, la literatura basada en el estudio de bosques tropicales ha mostrado que los árboles en zonas de bordes registran reducciones significativas en la captura neta de carbono, y sufren mayor degradación y mortalidad. Sin embargo, pocos estudios han analizado este efecto en los bosques templados.
Motivados por indagar sobre estas diferencias y sus efectos en las zonas de clima templado, un equipo de investigadores se centró en analizar más de 48.000 parcelas forestales en el noreste de Estados Unidos, comparando las tasas de crecimiento de los árboles localizados tanto al interior como en los bordes de los bosques.
Los resultados demostraron que los árboles ubicados en los bordes crecen más de un tercio de rápido, en comparación a los del interior del bosque.
Por qué los árboles cercano a zonas urbanas crecen más rápido?
De acuerdo a este estudio, los árboles de los bosques cercanos a ciudades crecen un 36,3% más rápido, y reportan un 24,1% más de biomasa, lo que sugiere que los árboles urbanos retienen más dióxido de carbono. Y si bien la captura de carbono de los árboles urbanos no es tan significativa, la diferencia está en el menor carbono liberado de su suelo.
En efecto, el suelo de los bosques libera cantidades variables de CO2 según la temperatura. Por lo tanto, los bosques que colindan con ciudades liberan menos carbono producto de la sombra de los edificios colindantes, en comparación con los árboles de bordes de bosques rurales que reciben mayor cantidad de sol en el suelo.
Otro estudio, por ejemplo, demostró que el reservorio de Carbono del bosque urbano de Chapultec, en Ciudad de México, es significativo comparado con otros bosques, mientras que nuevas tecnologías basadas en Inteligencia Artificial buscan optimizar la plantación de árboles en las calles, con el fin de capturar la mayor cantidad posible de CO2 generado por las actividades humanas en las ciudades.
Por lo tanto, esta nueva investigación sigue en esta misma línea que apunta a que los árboles urbanos pueden almacenar más dióxido de carbono de lo que comúnmente se creía, siendo otro argumento más para que la arborización urbana se incorpore con más fuerza en las políticas ambientales, tanto del nivel nacional como en las acciones locales impulsadas por los municipios.
Escrito por:
- Leonardo Lira Astudillo