La conservación de la naturaleza y de los árboles dentro de nuestras ciudades, se hace un imperativo cada vez más importante en cualquier lugar del mundo, tomando en cuenta que la vegetación urbana genera múltiples servicios ecosistémicos y constituye una de las medidas más poderosas para mitigar los efectos del Cambio Climático en ciudades. No obstante, el interés público por la preservación del verde es considerado en la mayoría de los casos como una amenaza por parte de las empresas del sector inmobiliario, de manera que las normas locales resultan ser increíblemente necesarias y efectivas para garantizar el desarrollo de ciudades más verdes y sostenibles, pero también de ciudadanos más conscientes en el cuidado del patrimonio vegetal de las ciudad.
Así lo entienden los ciudadanos en el Condado de Arlington, en el Estado de Virginia, Estados Unidos, quienes en los últimos 30 años han desarrollado una serie de acciones en defensa y puesta en valor de su patrimonio arbóreo, tales como instructivos y recomendaciones para la plantación y manejo de especies, programas de plantación de nuevos árboles, o la incorporación de la ciudadanía en este proceso, mediante la entrega de un árbol gratis a cada propietario para plantar al interior de sus residencias, o bien con una subvención a grupos de vecinos que deseen plantar y mantener árboles en propiedades privadas, con el fin de incrementar el verde en la ciudad.
Cada año desde 1987 la comunidad del Condado de Arlington viene identificando y declarando sus árboles notables, en un registro oficial que a la fecha posee más de 330 árboles que destacan por su tamaño, madurez, valor histórico o singularidad de su especie. También identifican los “árboles campeones” (Champion Tree) de mayores dimensiones en cuanto a altura o diámetro de copa, y se declaran anualmente especímenes o árboles de muestra (ejemplares representativos de la especie), localizados tanto en el espacio público como al interior de propiedades privadas, a los cuales se les aplica una protección legal especial, mediante la Ordenanza de Preservación de Árboles.

La Ordenanza de Preservación de Árboles de Arlington
Esta Ordenanza fue aprobada en el año 2002 por la Junta del Condado de Arlington, y se enfoca tanto a la protección del arbolado urbano público como al establecimiento de un protocolo para designar árboles patrimoniales, conmemorativos o especímenes que por su importancia requieran con una protección especial. Su finalidad, es garantizar la conservación y mejoramiento de la cubierta o dosel de los árboles del condado, a fin de proteger la salud, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos; salvaguardar el entorno ecológico y estético; preservar, proteger y mejorar los recursos naturales; y para conservar el valor de las propiedades.
Si bien no se trata de una ordenanza extensa o que detalle consideraciones técnicas, mediante esta normativa se estipula que ningún árbol designado será removido o dañado de ninguna manera, a menos que la Junta del Condado determine que existe una necesidad imperiosa de mejoras públicas, o que existe una dificultad severa para el uso razonable de un sitio. Si la Junta del Condado decide permitir dicho tratamiento, puede exigir que el árbol sea reemplazado por un árbol o árboles similares para aproximarse a la copa perdida, y debe emitir un escrito especificando la acción, el árbol y su ubicación, y los antecedentes que lo justifiquen. Sin embargo, nada impide que desde la administración se permita la remoción de un árbol en caso de que un especialista determine que el árbol está muerto, se ha enfermado o dañado irreversiblemente por causas naturales, o presenta un peligro para el público.
Mediante esta normativa legal, cualquier persona o entidad que atente con la remoción o destrucción de un árbol patrimonial, monumental, especímen o árbol de calle, estará sujeto a una multa de hasta US$2.500 por cada violación.
Ciudadanos buscan mejorar su normativa a favor de los árboles
A más de 2.000 km al oeste del Condado de Arlington, pero en este caso en la ciudad de Arlington, en Texas, y pese a las diferencias climáticas entre ambas localidades, la cultura del cuidado de los árboles urbanos por parte de la ciudadanía es muy similar. Sin embargo, sus habitantes buscan hoy actualizar su normativa local referida al arbolado, con el fin de que desarrolladores inmobiliarios preserven los árboles existentes, y en particular los ejemplares nativos, en vez de talarlos y plantar reemplazos en otros lugares.
Esta misión está encabezada por uno de sus Concejales, Sheri Capehart, junto a la mesa ambiental del Concejo, quienes pretenden actualizar su Ordenanza de Preservación y Mitigación de Árboles para que la ciudad de Arlington conserve los árboles centenarios de especies propias de su ecorregión, Cross Timbers, ya que de acuerdo a su actual normativa actual un desarrollador inmobiliario debe preservar al menos el 35% de los árboles existentes en el predio, al igual que aquellos ejemplares de especies declaradas como protegidas. No obstante, los árboles nativos o endémicos de esa región tienen un tratamiento igual que cualquier otro árbol, de manera que el objetivo de este cambio apunta a dar mayor protección a las especies locales para lograr su preservación, dado que con las reglas actuales las empresas inmobiliarias o comerciales que desarrollan proyectos urbanos les resulta económicamente más rentable pagar las multas por la tala de árboles en vez de modificar sus proyectos.
El modo para lograr aquello será mediante la generación de incentivos en las normas de edificación, para que los planificadores urbanos desarrollen proyectos que permitan, por ejemplo, salvar las encinas a cambio de reducir la cantidad de estacionamientos, y de esa forma garantizar un win win a favor de la ciudad y la naturaleza.
Según el Consejo Forestal Urbano Cross Timbers en Arlington, Texas, en ciertas áreas aún quedan algunos de los últimos bosques vírgenes de madera dura de América del Norte. En el Refugio de la Naturaleza de Fort Worth, en el Parque Estatal de Lake Mineral Wells, así como en terrenos privados, se pueden encontrar encinas de doscientos y trescientos años, pero debido a la actual normativa urbana dichos árboles no cuentan con una protección oficial que garanticen su preservación.
La lucha que han emprendido en defensa del patrimonio arbóreo en la ciudad de Arlington va en una línea acertada hacia la valoración de árboles centenarios, y que por sus especiales características generan importantes beneficios en términos de sostenibilidad en áreas periurbanas o en vías de consolidación, en donde la normativa juega un papel clave para garantizar un desarrollo urbano respetuoso con la incorporación de los valores naturales del entorno.
Portland, una de las ciudades más verdes de ese mismo país, también se encuentra en proceso de actualización de su Ordenanza de Árboles por motivos muy similares, mientras que en México y Chile ciudadanos solicitan a sus respectivos gobiernos la promulgación de una Ley de Arbolado Urbano, a fin de garantizar ciudades más verdes para el actual contexto de Emergencia Climática.
Escrito por:
- Leonardo Lira Astudillo.