La nueva evidencia científica confirma que las áreas verdes públicas, piezas fundamentales para la sostenibilidad urbana, son un aporte relevante para reducir el impacto que provocan las ciudades al Cambio Climático. Esto es debido a la provisión de importantes servicios ecosistémicos que influyen en la calidad ambiental, pero también al bienestar y calidad de vida de las personas.
En nuestras ciudades cada vez más densas y urbanizadas, las áreas verdes reducen las tasas de mortalidad, mejoran la salud física y mental, además de promover una mayor cohesión social. Lamentablemente, no todas las personas que habitan en la ciudad tienen las mismas oportunidades de acceso al verde urbano para disfrutar y beneficiarse de ellas, existiendo marcadas desigualdades.
En la última década, diferentes estudios en distintas ciudades del mundo han registrado que esta desigualdad está dada por el nivel socioeconómico de los barrios: El verde se concentra en los sectores más ricos, mientras que los grupos más vulnerables (y que cuentan con peor salud) no sólo tienen menos áreas verdes, parques y calles arboladas, sino que además la calidad de sus espacios públicos es precaria, con escaso verdor y equipamientos insuficientes para beneficiar a esta población.
Esta inequidad en el acceso al verde puede encontrarse fuertemente en las grandes ciudades de Latinoamérica, como Santiago de Chile, Lima, Buenos Aires, Florianópolis, entre otras. Sin embargo, también es posible de observar en ciudades de países desarrollados como Estados Unidos o en Europa.
En Santiago de Chile, el mayor índice de las áreas verdes por habitante se concentra en el sector oriente, en comuna con mejor nivel socioeconómico. Fuente: Metro21.cl
En ese contexto, un reciente estudio publicado en la revista Sustainability, luego de analizar más de 400 publicaciones de los últimos 20 años que abordan este tema, demostró que la inequidad en el acceso de las áreas verdes urbanas es un problema global.
Las causas de la inequidad al verde
Si bien los autores de esta investigación registraron una alta cantidad de estudios que analizan este problema, advierten que existen grandes lagunas de información que impiden identificar en el tiempo las causas de esta inequidad global del verde. Mientras que los estudios centrados en indagar en las estrategias de solución para mitigar este problema resultan ser escasos.
La falta de planificación urbana a nivel local, o la presión del uso del suelo urbano por el mercado inmobiliario, podrían ayudar a explicar las causas que dan origen a esta inequidad. Sin embargo, como ya hemos comentado en artículos anteriores, en muchos casos este problema no es percibido por las autoridades de los gobiernos nacionales o locales, simplemente por su escasa preocupación. Por ello, los equipos técnicos no cuentan con herramientas o información necesaria para llevar a cabo una mejor planificación y gestión urbana de la Infraestructura Verde, ya que en muchos casos “lo verde” se sigue tratando como un aspecto estético y de menor importancia en las ciudades.
Si bien la inequidad en el acceso a lo verde en las ciudades es una problemática generalizada en todo el mundo, hay casos distintos como Shanghai (China), una ciudad con casi 25 millones de habitantes en donde los grupos socioeconómicos más vulnerables gozan de mejor acceso a los parques urbanos que los residentes más ricos.
En este caso, la diferencia está dada por los importantes esfuerzos de los municipios locales por lograr garantizar un acceso equitativo a las áreas verdes públicas, y en donde la planificación urbana heredada de la era socialista china ha sido clave para que ello suceda.
Cómo solucionar la inequidad del verde en las ciudades
Mitigar esta inequidad en el acceso al verde puede dar solución a varios problemas propios de las urbes, logrando una ciudad más sostenible, una mejor salud pública, y formar comunidades socialmente más cohesionadas y con mayor conciencia ambiental.
Si bien no hay recetas generales para abordar esta problema global, la planificación urbana impulsada por los gobiernos locales resulta ser la base fundamental de cualquier política pública de largo plazo asociada al verde urbano. Es precisamente el análisis del territorio y el estudio de las particularidades del desarrollo de cada ciudad, lo que da luces concretas para la implementación de posibles estrategias de intervención prácticas para abordar la inequidad del verde en los contextos urbanos locales.
De acuerdo al estudio de Sun (2022), el análisis territorial es sólo un aspecto para afrontar el problema de la desigualdad en el acceso a las áreas verdes. Por ejemplo, en Atlanta (Estados Unidos), el objetivo planteado es crear más de 5 millones de metros cuadrados de nuevos parques urbanos y mejorar 2 millones de metros cuadrados de parques existentes a través de un Plan de remodelación de la Línea de Circunvalación de la ciudad. Mientras que en Singapur, país que goza de una rica multiculturalidad, la solución ha sido la implementación de una política de integración étnica para mantener una cuota de mezcla racial en los nuevos barrios, y de este modo evitar la segregación racial en las ciudades.
Acercar el verde a las personas
En general, las ciudades que están impulsando iniciativas de planificación de su sistema de Infraestructura Verde para reducir estas inequidades, están construyendo más áreas verdes de modo tal de reducir las distancias de las personas a estos espacios. Shanghai (China), por ejemplo, se ha propuesto que sus ciudadanos cuenten con áreas verdes a menos de 500 metros del lugar en donde viven; mientras que el plan de Nanjing, también en China, apunta a que las personas disfruten de una caminata de 10 minutos hasta el parque comunitario más cercano, y de una caminata de 20 minutos hasta el parque distrital.
En Estados Unidos, la organización Trust for Public Land lanzó una campaña orientada a crear conciencia sobre la importancia de accesibilidad a parques y áreas verdes, promoviendo que al año 2050 todos los ciudadanos estadounidenses tengan acceso seguro a menos de 10 minutos caminando a un espacio verde de calidad.
Por otro lado, Cecil Konijnendijk, director del Instituto de Soluciones Basadas en la Naturaleza de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), plantea la regla general 3-30-300 en donde se logre que todas las personas desde sus casas puedan ver al menos tres árboles de un tamaño decente, que los barrios cuenten con una cobertura de dosel del 30% como mínimo, y que las personas tengan acceso a un parque o área verde a menos de 300 metros o entre 5 a 10 minutos caminando desde su lugar de residencia.
En ese sentido, la plantación planificada de nuevos árboles urbanos, promoviendo las especies nativas de cada zona geográfica, es una práctica que debe implementarse con más fuerza por los gobiernos locales, priorizando en aquellas calles, espacios y barrios con escasa cobertura verde, como forma de dar justicia y garantizar el verde a las personas menos favorecidas.
La calidad, un aspecto clave a tener presente
Si bien el factor de “proximidad” es un aspecto importante en la planificación de las áreas verdes urbanas, la “calidad” de los espacios públicos es un elemento igual de relevante a considerar.
En efecto, una adecuada mantención de un área verde urbana o parque puede determinar qué tan visitado éste puede ser, inclusive más que su cercanía con la población, debido a que el aspecto de cuidado de la vegetación o la limpieza de un espacio público inciden fuertemente en la sensación de seguridad.
Barranquilla (Colombia) es una ciudad que en los últimos años ha destacado en el mejoramiento de sus áreas verdes y parques en Latinoamérica. Fuente: Parque y Grama
Por lo tanto, contar con una política pública enfocada al corto plazo a contar con un mejor mantenimiento y calidad de los espacios públicos en los barrios más pobres y con menor cantidad de áreas verdes urbanas, por ejemplo, mejorando la calidad del mobiliario, aumentando la cobertura vegetal o procurando una mejor gestión y cuidando del arbolado y las especies arbustivas, podría resultar ser una solución efectiva y de menor costo mientras se enverdecen o construyen nuevos espacios en el largo plazo.
Bajo esa premisa, la ciudadanía y las comunidades deben exigir a sus municipios y autoridades la creación de políticas públicas serias del verde urbano, procurando que éstas aborden las inequidades territoriales existentes, tanto a nivel normativo, de planificación y con una apuesta clara a una mayor inversión.
Escrito por:
- Leonardo Lira Astudillo