Estudio confirma que el acceso a la naturaleza en las zonas urbanas reduce la soledad

Ciudades Verdes 22 diciembre, 2021 0 comentarios

Las ciudades suelen tener mala fama de ser lugares poco propicios para la salud mental y que fomentan la soledad; sin embargo, un equipo de científicos ha descubierto que el contacto con la naturaleza en las ciudades puede reducir drásticamente la sensación de aislamiento de los ciudadanos.

La soledad se considera un importante problema de salud pública, lo cual, después de la experiencia que hemos tenido con la pandemia, no debería sorprendernos. Según el equipo de investigación, la soledad puede aumentar el riesgo de muerte de una persona en un 45%; eso es más que la contaminación del aire, la obesidad o incluso el exceso del alcohol.

Para evaluar cómo el entorno puede afectar los sentimientos de soledad, el estudio utilizó datos en tiempo real recopilados a través de una aplicación para teléfono inteligente, lo que permitió al equipo obtener respuestas inmediatas en lugar de basarse de los recuerdos de las personas sobre cómo se sentían. Más de 750 ciudadanos urbanos de todo el mundo participaron en el estudio, proporcionando 16.600 evaluaciones en tiempo real que incluían preguntas como “¿te sientes bienvenido entre [las personas que te rodean]?” y “¿puedes ver árboles ahora mismo?”

Dado que los participantes eran voluntarios, los investigadores reconocen que su muestra no es necesariamente representativa de poblaciones más amplias. Sin embargo, cuando los investigadores tomaron en cuenta la edad, el origen étnico, la educación y la ocupación, descubrieron que el contacto con la naturaleza y los sentimientos de inclusión social seguían teniendo una relación estadísticamente significativa con la disminución de la soledad.

Descubrieron que los sentimientos de hacinamiento aumentaban la soledad en un promedio del 39%, pero si las personas estaban en un lugar donde veían árboles o el cielo o escuchaban pájaros, la sensación de soledad disminuía en un 28%. Los sentimientos de inclusión social también redujeron la soledad en un 21%, pero cuando la inclusión social se combinaba con el contacto con la naturaleza, el efecto positivo se incrementó en otro 18 por ciento.

Según Michael Smythe, miembro del equipo del estudio y artista que trabaja en arquitectura social y paisajes urbanos, los resultados muestran claramente que “la salud ambiental y la salud pública son una misma cosa”.

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